A mi querido Dana, compañero en la mar de la poesía.
Aunque tu mar sea otro
y otro el puerto refugio donde se anclan tus días;
aunque tus aparejos faenen otras aguas
y navegues tan lejos de mi piélago,
también estás aquí,
en el contorno breve de mi barca
cuando se alza desnuda ante el levante
vacía y temblorosa.
Estás en la confusa travesía
como el faro inminente
que surge al esquivar los arrecifes.
Y estás en ese fondo que ambicionan mis redes
para enredar sus hilos de alegría
cuando la pesca es pobre.
Y cuando vengan días de oscuros temporales
en que la mar reniegue de esta nauta
y me empuje con olas de silencio
a mi triste ensenada,
sé que estarás también en esa orilla,
marinero incansable de mi vida,
remendando la pena de mis jarcias.
https://www.youtube.com/watch?v=RXyEsc8B1zk&feature=share
2 comentarios:
Es curioso. Deshaces nudos que siempre huelen a salitre con tus palabras.
Y siempre terminas por provocar otros en las gargantas aunque esté uno a miles de kilómetros del mar.
!
Tú hueles el salitre porque llevas un mar dentro. Siempre cerca, niñoluz, siempre cerca.
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